El ADN, unas pisadas y los guantes, claves en el crimen de Valga.

Publicado por Redacción en

Son tres los indicios que, supuestamente, incriminan a Rafael Costa en el homicidio de Nelo, O Rato, un crimen que tuvo lugar el 28 de mayo del 2013 en el domicilio de este último en Valga: el ADN, las huellas de unas pisadas y unos guantes de látex.

Los investigadores que ayer comparecieron en la Audiencia de Pontevedra explicaron que, por un lado, el perfil genético hallado en la casa de la víctima, que tenía 92 años, coincide con el del acusado. De igual modo, estimaron que el dibujo de la suela de unas zapatillas de deporte que, según la Guardia Civil, solía vestir Rafael Costa concuerdan con, al menos, dos huellas de pisadas que quedaron impresas sobre la sangre en las inmediaciones del cadáver de O Rato.

Asimismo, los agentes explicaron que cerca del cuerpo sin vida de este vecino de Valga fue encontrado un guante, mientras que en la vivienda de Rafael Costa se intervino una caja de guantes de similar color -azul- y textura. «Son iguales en todo», sostuvo de manera contundente uno de los peritos de la Guardia Civil a través de videoconferencia.

No son los únicos indicios con los que contó la Fiscalía de Pontevedra para mantener las imputaciones iniciales -quince años de prisión por homicidio y tres años y cinco meses por robo con violencia en casa habitada en grado de tentativa-, pero sí las más contundentes. En este punto, los agentes del instituto armado recordaron que un vecino les relató como observó delante de la casa de la víctima una bicicleta de color rojo, curiosamente el mismo tono de la que empleaba habitualmente Rafael Costa.

Lo cierto es que este acusado «fue la primera línea de investigación» que siguió la Guardia Civil, una circunstancia que propició que, desde el primer momento, fuese sometido a un seguimiento discreto que finalmente derivó en su detención. Se le acusa de haber golpeado y asfixiado a la víctima para, acto seguido, prenderle fuego al cadáver para ocultar posibles pruebas. En todo momento, y siempre según el fiscal, actuó acompañado por un segundo individuo no identificado.

Por su parte, Rafael Costa negó su participación en el crimen asegurando que aquel día estuvo en Vilagarcía. Aunque manifestó que no sabe quien pudo ser el autor, declaró que desconfiaba de un conocido. En este sentido, relató un supuesto encuentro que ambos mantuvieron en su casa y en el que este último le habría dicho: «Xa podes estar tranquilo polo vello, que xa non te vai molestar».

Esta persona compareció, esposado, como testigo. Mantuvo que el encausado «me propuso entrar en casa de su vecino -la víctima- a robar».

«La primera línea de investigación» de la Guardia Civil giraba ya alrededor de Rafael Costa

El hombre aseguró que desconfiaba de un conocido, que compareció como testigo en el juicio
Un asesinato cruel que conmocionó a los vecinos del lugar de O Forno por partida doble

Con 92 años cumplidos, José Manuel Burés, Nelo O Rato, vivía solo y se enfrentaba sin problemas a los retos del día a día. Pero nadie, ni de su edad ni más joven, estaría preparado para afrontar el infierno que se desató en su casa de O Forno (Valga) el día 28 de mayo de 2013. Fue el día de su muerte. El día en el que un escalofrío recorrió la espalda de sus vecinos, aterrorizados ante la idea de que un asesino, especialmente cruel y salvaje, andaba suelto.

La brutalidad de aquel crimen conmocionó a todo el mundo en esta localidad situada junto al Ulla. El cuerpo de José Burés había sido encontrado en un inmueble anexo a su casa. Quien lo mató no solo le segó la vida: el cadáver estaba calcinado. Tras ser sometido a todo tipo de pruebas forenses, el anciano recibía sepultura. Al mismo tiempo, su casa seguía bajo los focos de los grupos especiales de investigación que se hicieron cargo del caso. Desde el principio parecía que la ciencia forense iba a resultar determinante para esclarecer el turbio asesinato de O Forno.

Cuando por fin se aclaró lo sucedido aquel 28 de mayo, los vecinos de Nelo O Rato no pudieron respirar aliviados. Más bien, el horror que sentían se incrementó al descubrir -o en algunos casos al confirmar- que el supuesto autor de los hechos era Rafael Costa Bermúdez, otro vecino de esta zona de Valga que en el momento de los hechos tenía 45 años. El sospechoso fue detenido el 5 de junio de 2013 en Vilagarcía. Ahora se enfrenta a una petición de 18 años de prisión. Esa es la pena que el Ministerio Fiscal pide para él.

La Voz de Galicia


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