Bicicletas y coches, rivales en la N-550.
Por la carretera nacional 550, entre Santiago y Padrón, circulan una media de 7.116 vehículos diarios, que conviven con numerosos ciclistas que en grupo o en solitario transitan por los poco más de 20 kilómetros que separan ambas localidades para mantenerse en forma. A estos ciclistas de la zona se unen también los peregrinos que, por las condiciones del Camino, se ven obligados a circular por la carretera durante sus peregrinaciones en bicicleta. Tras consultar a los clubes de Santiago y Padrón, se concluye que los que menos recurren a la N-550 son los ciclistas profesionales.
Suso Blanco Villar, director deportivo del Club Ciclista Padronés, prefiere buscar vías alternativas para su equipo, porque «la de Santiago-Padrón tiene mucho tráfico y es un riesgo». Blanco Villar, exciclista que ganó varias etapas de la Vuelta a España en la década de los 80, considera que «es labor de todos» mejorar la convivencia entre ciclistas y conductores. La clave para que se reduzcan los atropellos es la «educación, y crear conciencia tanto en los conductores como en los ciclistas. Muchos conductores aún desconocen que pueden adelantar en línea continua y que metro y medio de separación es lo mínimo».
Uno de los principales inconvenientes de la carretera es que «casi no tiene arcén, y en los tramos donde los hay está lleno de gravilla. Lo peor es que los camiones, por el precio de la autopista, circulan más por la carretera», apunta Javier Castro del Club Ciclista Padronés. Los de su club prefieren otros viales secundarios como la comarcal de Ribeira o la de Carcacía, aunque «no por eso son menos peligrosos». Castro dice que, tras los últimos siniestros, «tengo la sensación de que los conductores respetan más las distancias».
Todos los profesionales del ciclismo apuntan a las campañas de concienciación y «lamentablemente lo que mejor funciona es lo que está ocurriendo: cuando hay un atropello masivo o el de una persona conocida, los conductores toman conciencia. Es triste que sea así, pero ocurre», relata Manuel Paz, del Club ciclista Muebles Compostela. Gonzalo Suárez, del Ultreia, cree que «a los ciclistas se les ve como un incordio. Se oyen comentarios acerca de que no tenemos nada mejor que hacer. Eso sí, después se les llena la boca diciendo que en Holanda todo el mundo va en bici»
La Voz de Galicia.
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