Denuncian a una empresa cesureña por una posible emanación contaminante al chorrear con arena.

Publicado por Redacción en

El Concello investigará la licencia, y Medio Ambiente, si la actividad es perjudicial.

Dos denuncias del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Caldas a una empresa del sector del metal ante el ayuntamiento de Pontecesures han propiciado que el organismo local inicie unas diligencias previas para «comprobar» en que situación está realizando dicha empresa la actividad a la que desde el cuerpo de la Guardia Civil hacen referencia: chorreo con agua y arena sobre elementos metálicos. Un proceso en seco de limpieza y preparación superficial que se utiliza para retirar óxidos metálicos, restos de arena, pinturas y otros componentes de los elementos metálicos. Un trabajo que requiere de una licencia específica con la que, indican desde la Guardia Civil, la empresa no cuenta. «Ni en interiores, ni al aire libre», matizan.

Fue el pasado día 17 de julio cuando el Seprona acudió a la empresa alertado por un vecino de la zona, José Souto, que asegura que la empresa chorrea al aire libre «a diario». Una postura que difiere de la del gerente que, ante la visita del Seprona, aseguró que fue «algo puntual». Una postura que mantuvo al hablar con este periódico, al que se limitó a decir que «se usó el chorreado con agua, que no supone ningún riesgo, en una única ocasión». Las discrepancias con Souto, sin embargo, viene de largo. Desde la Guardia Civil señalan que hay una denuncia por el mismo motivo del año 2012.

La preocupación de este vecino va más allá de las licencias.
Asegura que la empresa está realizando el chorreo de arena al aire libre y sin ningún tipo de precauciones. El sílice del que está compuesta esta arena llegaría así a la finca que tiene situada a pocos metros. «Eso, y los materiales como pintura que contienen los distintos elementos metálicos», afirma. Sobre este posible peligro, desde la Guardia Civil señalan que «la actuación no fue en este sentido». Será la Consellería de Medio Ambiente, explica el alcalde en funciones, Ángel Souto, quien se encargué de investigar si se está produciendo algún tipo de emanación de residuos. «Ya nos hemos puesto en contacto con ellos», explica. Mientas tanto, el Concello se ocupará de confirmar que la licencia de la empresa no incluye el chorreo. «Antes de incoar un expediente hay que realizar ciertos trámites», señala.

«Veo cada día cómo realizan el chorreo con arena a todo tipo de metales»
El hecho de que su finca esté situada a poca distancia de la empresa ha llevado a José Souto a denunciar la realización de una actividad que considera «peligrosa». La primera vez que alertó al Seprona fue en diciembre del 2012. «No volví a saber nada y la actividad del chorreado no cesaba, así que hace tres meses y medio volví al ayuntamiento a preguntar como estaba la cosa. Como no tuve respuesta, volví a denunciar», explica. Fue poco tiempo después de la primera llamada, según cuenta, cuando decidió dejar de cultivar en su finca. «Si tengo ovejas y no quiero pensar que pueden estar comiendo restos de metales o pintura», señala.

Para no iniciar «esta pelea» en solitario, Souto decidió contactar con colectivos como las Ampas de los centros educativos de Valga y Pontecesures pero, tal y como señala, se encontró con que su iniciativa tuvo poca respuesta. «El metal es un sector muy fuerte en la zona y, si no uno mismo directamente, un familiar o un vecino vive de él», indica. Este es, a su parecer, el motivo por el que no hay más denuncias por una práctica que ha grabado en vídeos. «Solo espero que se investigue», señala. Un andamio con una lona, la clave para evitar que la sílice se expanda

«La sílice es un compuesto que se encuentra en la naturaleza y que sufre un tratamiento físico para darle una forma redondeada y que se pueda usar», explican desde el Colegio Oficial de Ingenieros Químicos de Galicia. Si bien inciden en el hecho de que se trate de un compuesto natural para restar peligrosidad, si señalan que «seca la tierra» y que es mejor evitarlo. Todo depende de las cantidades. «Lo que si es peligroso es su aplicación y la inhalación de las personas que pasan por la zona», explican. Una peligrosidad que aumenta en función del material contra el que se lance. La pintura, por ejemplo, si sería fatal. La solución es sencilla: «Basta montar un andamio, colocando una lona sobre la pared exterior para que las partículas reboten y caigan sobre el suelo». No trascendió que sistema usa la empresa cesureña.

La Voz de Galicia


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