Valga presume de una vecina de 15 años que ganó el concurso nacional «Carta a un militar español».
Su misiva fue la mejor entre un total de 8.478 escritos presentados desde medio millar de centros educativos españoles.
La carta de la joven valguesa, nacida en el lugar de Beiro, se titulaba «Vidas de entrega» y fue la elegida como la mejor entre un total de 8.478 escritos presentados por alumnos de 4º de ESO, 1º y 2º de Bachillerato y Formación Profesional de 458 centros educativos de todos el país.
La ministra María Dolores de Cospedal fue la encargada de entregarle el premio y destacó que en su misiva la joven valguesa explica muy bien la labor que desempeñan los militares españoles y describe con precisión los valores que os rodean.
El Concello de Valga felicita a su vecina Icía Rey Castromán, de solo 15 años de edad, que como en su momento explicó FARO DE VIGO, recientemente se proclamó ganadora estatal de la quinta edición del concurso titulado «Carta a un militar español», que convoca el Ministerio de Defensa para divulgar el trabajo que realizan las Fuerzas Armadas.
El alcalde, José María Bello Maneiro, en representación de todos los valgueses, felicitó a la joven escritora y su familia, salientando el «orgullo» que supone para el municipio contar con vecinos coma ella.
Esta es la carta titulada «Vidas de entrega»:
«Desconocidos, pero estimados soldados: Inicio esta misiva esperando comprender que puede llevar a unas personas a regir su vida por unos valores por los cuales ponen a disposición de los demás sus propias vidas en cualquier circunstancia.
Desde que he tenido uso de razón me he preguntado qué es eso tan fuerte que mueve a algunos a miles de kilómetros lejos de su hogar, familia y amigos; qué es eso que hace proteger o luchar a los soldados por otras personas, sean conciudadanos o simples desconocidos, intentando darles seguridad, ayuda, estabilidad e incluso paz, aunque la palabra parezca entrar en contradicción con lo que a veces parece su misión; qué es eso que los lleva a poner su vida en riesgo sin pedir nada a cambio, conformándose o sintiéndose plenamente satisfechos solo con ver a un padre abrazando al hijo que creía perdido por alguna catástrofe natural, o a la familia que agradece la ayuda recibida en su poblado devastado por una guerra sin sentido entre hermanos, o al pueblo que llora agradecido por sentirse acompañado y ayudado para luchar contra un fuego que habría podido arrasar toda una vida en un momento… Es ahora cuando a mis quince años, y tras mucha incomprensión e ignorancia creo haberlo descubierto:
Vosotros, nuestros militares, os movéis por unos valores, tales como la lealtad, tanto a la patria como a lo que consideráis vuestra gente, y a lo que creéis que se espera de vosotros; la solidaridad, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, con una entrega que no tiene ni fecha ni hora pues es continua y sin reservas; la disciplina y responsabilidad, no evadiendo ni órdenes recibidas ni otras responsabilidades por muy mal que se presente la situación; la valentía y la superación, que mostráis en infinidad de ocasiones siendo los primeros en acudir para misiones complejas y peligrosas, deseando hacerlo cada vez mejor, aunque con ello pongáis en riesgo vuestra vida; el respeto a vuestros superiores, pero también a vuestros compañeros y compatriotas, compartan o no vuestra visión, y, como no, a cualquier persona que requiera de vosotros; la integridad con la que actuáis, pues sabéis que vuestra labor en infinidad de ocasiones no será conocida ni reconocida y mucho menos recompensada, pero a pesar de todo haréis lo que sea necesario pues no os mueven intereses personales, económicos o una fama banal; una formación continuada participando en estudios, expediciones o maniobras , que a veces compartís con otros países estrechando lazos, pues tenéis claro que el aprendizaje y la práctica son la clave del éxito. No menos importantes son otros valores presentes en vuestro día a día como liderazgo o igualdad, que también forman parte de las bases sobre las que fundamentáis una vida de dedicación y entrega a vuestro país y su gente.
De manera que me gustaría daros las gracias por vuestra dedicación en cada misión, en cada vida salvada, en cada ayuda prestada aquí o más allá de nuestras fronteras; también por haberme hecho recordar que formo parte de un país, que cuenta con unas personas dispuestas a darlo todo por él y por mí y por hacerme sentir orgullosa de ello. Asimismo me gustaría animaros a continuar ondeando la bandera que representa no solo a nuestro país sino también los valores sobre los que sustentáis una vida de entrega, y perdonad a todos los que todavía no comprenden vuestro trabajo, pues yo tampoco imaginaba todo lo que implicaba, mas ahora me siento más protegida y acompañada y comprendo el porqué: Porque hay personas dispuestas a dar su vida para crear un mundo mejor en el que vivir.
Por todo ello, ahora y siempre gracias».
Faro de Vigo
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