La capea de vaquillas en Valga atrae a numeroso público pese a las críticas de los animalistas.
La Festa da Xuventude se cerró con un espectáculo de doma.
A las seis de la tarde, en plena agonía por el España-Rusia, todavía no estaba claro si las vaquillas saldrían al ruedo en la playa de Vilarello (Valga). Amenazaba lluvia, pero finalmente las nubes no descargaron y pudo celebrarse la tradicional capea de la Festa da Xuventude. Primero saltaron a la arena los profesionales, los recortadores y un novillero, y después lo hicieron los espontáneos de la cuadrilla de Tito de Victorino, que se midieron a dos ejemplares llegados de Toros de Brazuelas, desde Valladolid. No hubo que lamentar ninguna incidencia.
Los saltos y recortes dieron paso a un partido de fútbol, con vaquillas de por medio, que, por ley, después tienen que ser sacrificadas. El broche corrió a cargo del televisivo Santi Serra y su espectáculo de doma, quien puso así fin a dos días cargados de actividades lúdicas y deportivas al lado de la playa fluvial.
La capea volvió a reunir a numeroso público porque cuenta con gran aceptación en este municipio, aunque también tiene detractores. La plataforma Mellor sen Touradas y la asociación animalista Libera recogieron más de veinte mil firmas a través de Internet en contra de una cita que, consideran, ridiculiza a los animales.
Desde la organización alegan que no hay maltrato y no se plantean renunciar al plato fuerte de la Festa da Xuventude.
La Voz de Galicia
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