Sandra von Herwig triunfa en la hostelería.

Publicado por Redacción en

El restaurante de Teo que triunfa solo con pulpo a la gallega y croca a la parrilla

Juan José Raíces y Sandra Von Herwig dejaron sus trabajos en la televisión y la enseñanza para apostar por la hostelería

Tenían el enclave perfecto y una casa con una historia familiar detrás que querían revitalizar, y se lanzaron a poner en marcha un restaurante. «Queríamos algo diferente a los clásicos restaurantes con largas cartas. No es un restaurante al uso. La idea era copiar el modelo de los furanchos, donde el trato fuera familiar y con precios para todos», explica Juan José Raíces Souto. Así nació La casa de Florinda. «En ella nací y crecí. El nombre era el de mi abuela. Le dije a mis padres que quería recuperarla. La casa estaba llena de trastos. Nosotros vivimos al lado y siempre que la veía pensaba en hacer algo con ella. La preparamos y primero abrimos como cafetería en diciembre, y como restaurante, en mayo», detalla. La diferencia de este local con otros es la carta. Solo tiene dos platos. «No hay que pensar mucho a la hora de pedir. Pulpo a la gallega y croca a la parrilla, con ensalada y patatas. En temporada, también habrá lamprea». La croca se termina en la mesa, «así no nos riñen por el punto de la carne y cada uno la come a su punto. Eso es algo que me gusta también a mi cuando voy a comer», señala. Esa sencillez de su carta y la tranquilidad del entorno están convirtiendo al comedor de Reis, en Teo, en la novedad del verano. «No podemos quejarnos. Gracias al boca a boca y a los amigos que tenemos por nuestros trabajos, estamos en marcha y contentos». Juan José trabajaba en la televisión y hace tiempo que buscaba una alternativa «para rebajar el estrés». Y lo mismo pensaba su pareja, Sandra Von Herwig, que dejó su trabajo en la enseñanza para dedicarse al restaurante. Juan José, que también era arbitro de fútbol, agradece el apoyo recibido de «los muchos amigos y conocidos que tengo de ambos círculos, y también a los de Sandra, porque nos apoyaron desde el primer momento y suelen venir por aquí». La decisión, subraya, «fue meditada, pero cuando dimos el paso teníamos claro que tenía que ser al cien por cien». Juan reconoce que, cuando se planteó poner en marcha el negocio, «la idea es que fuera como un furancho, pero se nos fue de las manos», ironiza. Pese a todo, insiste, «la satisfacción es total». Una de las características que define a La casa de Florinda de Reis, y en la que se ve especialmente la mano de Juan José, es la obsesión que él mismo confiesa por la limpieza: «Los clientes ven la cocina. Está todo abierto, los comedores son salones abiertos, y a los camareros —tenemos siete empleados— les digo que es fundamental que se vea todo extremadamente limpio». Juan procura «mantener el contacto con los clientes, que vean la cercanía. Me paso por las mesas y pregunto, pero sin pasarme. Hay que mantener el respeto, pero transmitiendo cercanía». Por ahora, resalta, «satisfacción total».

La Voz de Galicia

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