Eligen como mejor camarero de España al padronés Miguel López Méndez
Trabaja en el restaurante vasco Garena como sumiller, y tuvo que medirse en las preselecciones con 250 candidatos.
Se formó en la Escuela de Hostelería de Santiago, aunque dio sus primeros pasos en locales de la capital de Sar.
El mejor camarero de España se llama Miguel López Méndez, tiene 34 años, trabaja en el restaurante vasco Garena… y es de Padrón. Así lo decidía el jurado del prestigioso salón Alimentaria-Hostelco celebrado en Barcelona, tras presentarse 250 personas y reducirse la lista a cuatro después de la selección previa entre los ocho candidatos más destacados que tuvo lugar en Murcia. “¿Qué cómo se lo tomaron en casa? pues mi madre no paraba de llorar, y yo le dije que era una noticia para estar contentos”, destaca este vecino con firmes raíces en la capital del Sar.
“Precisamente, en Padrón empecé a trabajar mientras compaginaba mis estudios en la Escuela de Hostelería de Santiago”, apunta el flamante triunfador a este diario. Cree que el espíritu de este certamen pasa por dar con un profesional “que sea capaz de atenderlo todo” y, no en vano, la competición se dividió en dos apartados: “Por un lado, estuvieron las pruebas de sala, que incluían el montaje de mesas, explicación de un menú, servicio de vinos y elaboración de un plato, siempre primando la capacidad resolutiva”, rememora. Y, por otro lado, tuvieron que enfrentarse a la barra, “desde donde preparamos un trago corto, otro largo, café con motivos decorativos y una bebida con Cola Cao como base”. Miguel López pudo salir airoso de todas ellas demostrando su capacidad como camarero todoterreno, si bien reconoce que lo que le gusta es el mundo del vino, después de acometer los pertinentes estudios profesionales y trabajar, desde hace dos años, como jefe sumiller en el restaurante Garena, con estrella michelín.
Desde este templo gastronómica busca “pequeños productores que sorprendan, primando siempre la trazabilidad del producto”. Y, eso sí, asegura que la hostelería de Euskadi poco tiene que ver con la de otras localidades, “porque las condiciones laborales están mucho mejor”. Pero, curiosamente, y después de haber trabajado en locales tan prestigiosos como la Quinta da Auga, en Hungría con una beca y estar al pie del cañón durante tres años en A Tafona de Lucía Freitas, reconoce que estaba intentando escapar de los establecimientos reconocidos por las Estrellas Michelín, pero el destino quiso que continúe dando muestra de su buen hacer en uno de ellos.
Lo más complicado
En cuanto a la final en sí celebrada este mismo jueves en el salón Alimentaria-Hostelco, López cree que lo más complicado de las pruebas “fue gestionar los nervios, saber dirigirte a la gente y hablar con los clientes, medir bien lo que dices… por eso creo que es fundamental acudir siempre tranquilo”.
Además, su gremio es el que es, “y por supuesto nos piden conocimiento de idiomas para atender a toda la clientela”. “El nivel era alto, y yo me presentaba por primera vez, con gente que trabaja en hoteles de alto standing”, evoca este camarero de vocación, con mayúsculas.
Miguel López, de cualquier modo, no ha perdido contacto con su tierra, y asegura que intenta venir “por lo menos una vez al mes”. Pero lamentablemente, el disfrute de los laureles le va a durar poco, ya que este mismo sábado estará de nuevo al pie del cañón en el Garena.
El Correo Gallego
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