Los excrementos de los peregrinos impiden cultivar una huerta en Padrón.
«Non podemos plantar nada porque era un asco e ¿quen come algo da horta despois de ver o que fan nela?»
Vistos los miles de peregrinos que cada año recorren las distintas rutas del Camino de Santiago, a estas alturas muchos ya lo califican como la gallina de los huevos de oro. Pero en el núcleo de Vilar, en la parroquia de Cruces, en el municipio de Padrón, saben muy bien que esa gallina tiene necesidades fisiológicas.
Lo saben y lo padecen porque, por ejemplo, una familia del lugar dejó hace tres años de trabajar una huerta por la cantidad de excrementos y pañuelos usados que encontraba cada día, incluso en medio de las hortalizas. «Non podemos plantar nada porque era un asco e ¿quen come algo da horta despois de ver o que fan nela?», pregunta la titular del terreno privado. En este núcleo de Cruces hay varios puntos en los que los peregrinos se apartan para hacer sus necesidades y así lo demuestran los pañuelos tirados.
Zonas resguardadas, una carballeira, una finca de maíz, una huerta o detrás de un muro son algunos de los lugares en los que aparecen los excrementos. Para evitar esta práctica, que ya parece común en este tramo del Camino a su paso por Padrón, algún vecino decidió ponerle una cancela a su propiedad. «En cada cruce con hortas está todo igual», señala un lugareño que propone que, cada pocos kilómetros, se instale un váter portátil para las necesidades de los peregrinos. «Neste tramo hai saneamento e non sería tan complicado dar ese servizo», coinciden en señalar varios vecinos de Vilar.
«Entendemos que aos peregrinos lles poida dar un apretón no camiño, pero hai que buscarlle unha solución a este problema», añade una de las familias afectadas. En su caso, el Camino pasa por delante de su puerta y en más de una ocasión algún peregrino les pidió usar el baño de la casa, a lo que accedieron al estar la estancia situada en la planta baja de la vivienda.
«Ademais de insalubre polo cheiro, é un asco para a vista», cuentan estos vecinos en alusión a los excrementos humanos y a los pañuelos usados. Hay quien apunta la existencia de baños en una casa situada detrás del santuario de A Escravitude, pero estos son para uso de los feligreses y, puntualmente, de grupos de peregrinos que lo solicitan.
La Voz de Galicia
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