Revuelta vecinal al pie del Camino.

Los residentes en Infesta se movilizan contra una obra de humanización que, dicen, les resta servicios.

Las obras son un engorro. Un engorro tan evidente que los políticos aprendieron, hace ya muchos años, que cuando se enfrentan a un vecino que está pasando por ese trance lo único que cabe es entonar aquello de «perdonen las molestias, estamos trabajando por su bienestar». Pero hay ocasiones en las que ni siquiera esa letanía sirve. Ocurre en la Rúa Infesta, en Pontecesures, donde los residentes están que trinan con el proyecto que el Concello está ejecutando en esa pequeña vía, sobre la que discurre el trazado del Camino Portugués a Santiago. El lunes presentaron un escrito, firmado por todos ellos, en el que exponían sus quejas. «Pero xa foramos falar con eles antes, e non nos serviu de nada», explican.

Hablan los vecinos con los pies metidos, casi casi, en la zona de obras. Porque no hay mucho más espacio en esta pequeña callejuela. En ella se está ejecutando un plan de humanización que pretende meter ese rueiro de aldea en el futuro. Pero el diseño elegido por el gobierno local no convence a los vecinos, convencidos de que lo único que se va a lograr con esa actuación es recortar servicios y entorpecer su vida diaria.

Pongámonos en situación. La de Infesta es una calle estrecha, por la que hasta ahora podían subir y bajar los coches gracias a una zona «na que orillaban se facía falla». Era un espacio que se había ganado hace unos años. «Uns veciños cederon terreos para poder anchear a rúa para darlle servizos á rúa. E agora, ven o Concello, colócanos unhas pedras e achica a rúa outra vez». La calle mengua por causa de unas piedras que se han colocado para separar la zona de tránsito de vehículos de la de paso de peatones. Porque por esta zona suben los peregrinos, y parte del diseño se ha hecho pensando en ellos y en su seguridad. Así lo reconoce el concejal de Obras, Ángel Souto Cordo (TeGa), quien considera que la necesidad de mejorar la seguridad vial en esa zona, «moi transitada tanto por quen fai o camiño como por quen vai levar os nenos ao colexio», tiene que ser una prioridad para el gobierno del que forma parte.

Pero la actuación tiene su coste: la calle quedará de sentido único de circulación, y algunos vecinos se encuentran con que, de esa manera, no pueden acceder a sus garajes. Para ello tendrán que pasar de largo, dar la vuelta más arriba, y deshacer el camino de vuelta «en dirección prohibida», lo que ocasionará serios trastornos, especialmente en las horas de entrada y salida al colegio, cuando muchos conductores usan la calle como ruta hacia el mismo. Los residentes calculan, además, que no podrá pasar ni el butano, ni Protección Civil, ni la ambulancia. «O proxecto debería servir para mellorar a accesibilidade á rúa, e vai ser todo o contrario», protestan. Plantean una alternativa, que la calle se quede, únicamente, para uso de residentes.

Al concejal de Obras, esa alternativa no acaba de convencerle. «Que sexa unha rúa so para residentes non me parece adecuado», dice Souto Cordo. Aclara, eso sí, que otras de las peticiones planteadas por los vecinos sí van a ser aceptadas. Pequeños detalles que, a su juicio, no alteran el proyecto. «Obviamente, nós temos informes técnicos que nos din que por aí poden pasar ambulancias, bombeiros e ata o butano. Pero se finalmente viramos que non é así, buscaríamos unha solución chegado o momento».

La Voz de Galicia

Vecinos de Pontecesures reclaman que se ponga freno a los vertidos de aguas fecales en el río Ulla.

Vecinos residentes en San Xulián de Pontecesures denuncian que, «históricamente, hay vertidos de aguas fecales que van directamente desde las viviendas al río Ulla». Sostienen que a pesar de los avances experimentados en materia de depuración y de la ampliación de las redes de saneamiento, «la situación sigue sin ser controlada en esta zona, a la altura del puente de hierro de la vía del tren que cruza sobre el cauce fluvial». Explican que «hay fosas sépticas canalizadas hacia el río sin que nadie haga nada para acabar con esta situación».

Faro de Vigo

Manuel Castiñeiras: «O noso equipo está formado por xente libre e sen medos porque o medo acabouse en Valga».

A irrupción de Valga Viva con Castiñeiras como cabeza de lista é un contrapunto aos comicios locais que levan anos sendo cousa de dous. Castiñeiras sinala que a formación nace coa idea de «poder cambiar as malas prácticas que ata o de agora se veñen exercendo dende o Concello por parte do goberno, que era considerado intocable a todos os niveis sen respectar a xustiza social». Aseguran que teñen gañas e ilusión e advirtre sobre o actual rexedor do PP, Bello Maneiro, que «non queremos ter unha persoa anclada no poder que tivo a política como profesión e que lle permitiu acadar unha xubilación de 2.500 euros».

Valga Viva preséntase coa premisa da «transparencia» e coa intención de dotar ao Concello dun Portal no que figuren os salarios públicos ou cuestións como «a viaxe a Estonia do alcalde e una concelleira en dúas ocasións, e que a día de hoxe non se coñece en concreto cal é o proxecto, que ten que ser de coñecemento público porque se paga con cartos de todos».

Incide que o seu equipo está «formado por xente libre e sen medos» e manifesta que «aquí hai unha lenda que está no aire, que saiu precisamente do grupo popular de que o empresariado non apoia as listas que non sexan do PP, unha nova mentira porque a categoría de empresarios de Valga, está por riba das cores políticas»

Diario de Arousa