Cesures aspira a ser el referente gallego del coche antiguo.

Un grupo de aficionados trabaja para potenciar esta actividad y crear un club

En los tiempos que corren la tradición se ha convertido en un valor en alza a la hora de proyectar un municipio. Pontecesures cuenta en su haber con el mérito de haber sido la primera localidad española en albergar una feria de automóviles de ocasión, allá por el año 1925.

Este evento le dio fama y prestigio, pero no se consolidó. A lo largo del siglo pasado hubo varios intentos por potenciar esta herencia, pero se quedaron en episodios aislados como fue el caso de la exposición organizada con motivo del 75 aniversario de la proclamación del Ayuntamiento de Pontecesures.

El gobierno que dirige Manuel Luis Álvarez Angueira hace ahora una nueva apuesta en este terreno y ha decidido incluir en la programación de la Festa da Lamprea una exposición de coches antiguos que nace con vocación de futuro.

El objetivo es que sea la primera de una larga lista de ferias, de modo que Pontecesures logre convertirse en un referente y un lugar de paso obligado para todos aquellos amantes de los clásicos del motor.

Para esta primera edición, la organización espera reunir en el recinto habilitado en la calle San Lois más de medio centenar de vehículos y motocicletas clásicas y antiguas. Con tal motivo ha contactado con el club de automóviles antiguos «O gallego» que cuenta con meritorias piezas de los años treinta y cuarenta. Pero lo más factible hoy será ver coches clásicos, fechados en los años sesenta y setenta, algunos de los cuales transitaron no hace mucho por las carreteras de O Salnés con motivo del Rally Rías Baixas.

Entre ellos figurarán los siete vehículos de Antonio Ferro Trasende: dos 850, un Austin Morris, un Mini, un 1500, un Citroën cx y Renault 8. �?l se encarga, junto a Carlos Potel y María Mondragón, de organizar la exposición que abrirá a las once del mediodía hasta las seis de la tarde. Hasta ese momento habrá ocasión de curiosear entre carrocerías, e incluso de que los aficionados puedan vender y comprar piezas de recambio. Esa es una de las principales dificultades con que se encuentran los amantes de los coches clásicos y antiguos, de modo que ferias como esta se convierten para ellos en una cita indispensable.

Pese a que hay tradición y afición, en Galicia no hay demasiadas citas de este estilo lo que obliga a los aficionados a desplazarse a otras comunidades autónomas para ver y comprar.

En Pontecesures quieren cubrir este hueco y consolidar esta exposición en el calendario gallego y estatal. El sueño de Antonio Ferro es seguir la estela de la pequeña localidad leridana de Sils donde lo que empezó siendo una extravagancia de Salvador Claret ha dado lugar a una gran feria que compite a la altura de las que se celebran en Madrid y Barcelona.

Sólo hace falta gente con ganas de trabajar en este proyecto y apoyo institucional. En este camino sería muy positiva la creación de un club o asociación de amigos del motor. Antonio ya adelanta que se está pensando en ello.

LA VOZ DE GALICIA 15/04/07