¿Autovía o piscina de Barbanza?.
Recorrer la nueva vía de alta capacidad en un día de lluvia es pasar por un trazado con charcos cada pocos metros. Lo peor: el tramo que va desde Rianxo hasta Boiro
Hasta ahora, en Barbanza, por piscinas naturales se entendían esos bellos parajes de agua y piedra que ofrece el río Pedras a su paso por A Pobra. Sin embargo, si la Xunta no mete mano a la autovía recién estrenada entre Ribeira y Padrón, va a haber que actualizar el diccionario comarcal.
Ayer mismo, en una mañana de intensa lluvia, un recorrido por la carretera hacía dudar a uno entre si viajaba por un trazado del siglo XXI o por un asfalto obsoleto y convertido en estanque.
Los charcos, nuevamente, hacían acto de presencia en la principal vía de comunicación de la comarca, obligando a los conductores a pisar el freno a fondo o dar temerarios giros para esquivarlos.
De charco en charco
Sobre las diez de la mañana, saliendo desde Rianxo hacia Boiro, los problemas empezaban pronto. Junto a la salida de Taragoña; en el puente sobre la ría; en el viaducto de Cespón, en la salida de Vilariño… En todos esos sitios había charcos, algunos en medio de los carriles y otros en las orillas. Además, no hacía falta ser técnico para darse cuenta de que en la autovía se da una estampa bien rara: el agua fluye por el arcén en grandes cantidades.
Sin duda, atravesar de Rianxo a Boiro es cruzar el tramo más conflictivo por encharcamiento.
Las cosas mejoraban un poco al entrar en A Pobra, aunque en A Mercé también había que lidiar con coches que chapoteaban en los charcos y bañaban de los pies a la cabeza al resto de los turismos.
Por suerte, alrededor de las once, el cielo empezaba a despejarse un poco, de ahí que de las balsas quedasen pocas huellas en los kilómetros que van de el polígono industrial de A Tomada hasta Xarás. Habrá que esperar al próximo enfado del cielo para ver si esta zona también es una gigantesca piscina de aglomerado.
LA VOZ DE GALICIA, 15/04/09
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