Los trabajadores se movilizan para exigir la continuidad de Novo y Sierra.
La empresa valguense anunció un expediente de regulación que podría dejar en la calle a 36 empleados
A escasos kilómetros de Cedonosa el fantasma del paro se cierne de nuevo contra la totalidad de una plantilla del Baixo Ulla. La última firma acuciada por la crisis económica es Novo y Sierra, una empresa de construcción de ladrillos que en los 120 años que lleva en activo superó muchas crisis económicas, pero que ahora amenaza con echar el cierre y dejar en la calle a 36 trabajadores; algunos, llevan una treintena de años trabajando para la empresa.
Según indicaron ayer los trabajadores y sus representantes sindicales, que se reunieron al mediodía delante de la fábrica para manifestar su oposición total al cierre, la dirección de la empresa presentó ante el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Pontevedra un expediente de regulación de empleo que afectaría a la totalidad de la plantilla, así como la solicitud de cese total de la actividad, lo que supondría la desaparición de la firma.
Con pancartas en las que se leían lemas como «Queremos traballo, non o despido» y «Pola continuidade de Novo y Sierra, postos de traballo si, despidos non», los trabajadores se concentraron ayer en protesta de la pretensión de los empresarios. Por supuesto, no niegan que la firma está pasando por un mal momento, pero también creen que la situación no es tan dramática como para que el barco se tenga que hundir obligatoriamente. «Non é unha situación insalvable -dijo ayer Juan Fajardo, de CC.OO.-; pensamos que hai traballo e que se poden plantexar outras posibilidades, como un ERE temporal». Una opinión que comparte Rafael Iglesias, secretario comarcal de la CIG, quien reconoce que la firma tiene ahora mismo una deuda de un millón de euros, pero que no es como para cerrar. A entender de los sindicatos, ni la situación financiera ni las deudas con Hacienda lo justifican.
Especulación o venta
Lógicamente, una fábrica que depende por completo de la construcción está pasando por momentos difíciles, pero de momento sigue habiendo actividad, y aunque trabajadores y representantes sindicales reconocen que es necesario llevar a cabo algunos ajustes, también sospechan que la intención de cerrar sin más, sin plantearse otras alternativas, podría venir derivada de que la firma aprovecha la mala situación económica para cerrar sus puertas, «e unha decisión dese tipo non se toma sen ter en conta aos traballadores, que tamén forman parte da empresa e viven dela -aclaró Fajardo-. Sospeitamos que pode haber algunha operación especulativa ou que teñen intención de vender a fábrica».
En todo caso, la intención de la empresa se podrá saber en los próximos días, cuando a los delegados sindicales les llegue la notificación judicial y la oferta de la firma, que en principio pasaría por emprender un expediente de regulación de empleno que afectaría a la totalidad de la plantilla.
Pero los sindicatos ya avisan de que no se quedarán de brazos cruzados, y que la de ayer es solo la primera de las movilizaciones que piensan emprender en contra del cierre. Rafael Iglesias ya lo advirtió: «Que non veñan aproveitando a situación para dar 20 días de soldo por ano traballado, porque nós imos esixir os 45 días».
Ocho EREs en la comarca
Como indicaron los sindicatos hace solo dos semanas, coincidiendo con la Festa do Traballo del 1 de mayo, en la comarca hay en la actualidad ocho expedientes de regulación de empleo en marcha, aunque dos no fueron aceptados por la Administración, así como 10.500 trabajdores que se han quedado en la calle, lo que supone un 40,2% más que en las mismas fechas del año anterior.
LA VOZ DE GALICIA, 17/05/09
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