Piñeiro Ares estuvo en la primera Xuntanza Endovélica.
Hacia finales de la década de los 70, Carlos García Bayón, escritor que a lo largo de su vida conquistó, con su talento, los más prestigiosos premiso literarios de España, durante la segunda quincena de agosto acudía a su villa natal de Caldas de Reis, y alquilaba un apartamento en el Hotel Acuña. Un día, cuando era aún un desconocido, lo encontré en Ribeira (vivía en Xuño) y le hice una entrevista para «La Noche», lo cual fue el principio de una gran amistad entre nosotros y Lola Ares, esposa del escritor y también poeta y novelista. Durante su estancia veraniega en esta villa solíamos juntarnos a comer, bien en mi piso o en Casa Domínguez.
Cuando realmente surgió la Xuntanza Endovélica fue en el año 1979., con una comida en el citado restaurante, a la que también concurrieron Pesqueira Salgado y Piñeiro Ares, con sus respectivas señoras, y Ana Ares con su marido, lista que se fue incrementando con destacados personajes. Pero fue en la indicada ocasión donde Carlos tuvo la feliz idea de crear una peña bajo la evocación del dios Endovélico, dios de los antiguos iberos, protector de la salud y representación del fuego, que debió de gozar del prestigio milagreiro, a juzgar por el número de lápidas y exvotos a él dedicados que fueron hallados en el curso de numerosas excavaciones.
En años sucesivos se fue llamando a formar parte de la asociación a importantes representantes de la cultura, el arte, el periodismo, la poesía y la pintura, incluyéndose también a familiares y diletantes.
Reglamentariamente las comidas se tenían que organizar en Caldas y sólo hubo dos excepciones por motivos que no vienen a cuento. A los postres, tenemos asistido a preciosas y documentadas piezas oratorias por parte de todo aquel que tuviese ganas y algo que decir. Desde hace varios años recibimos el refrendo popular, con la amable asistencia a los actos del Sr. alcalde o un delegado, contando siempre con su colaboración.
En una de estas memorables sesiones, el propio Gran Druída, García Bayón, definió la esencia de lo que era esta singular y anual reunión de los amigos intelectuales: «Pretendemos ser creyentes de una fe, sin dogmas y sin fobias, abiertos a todos los credos y respetándonos todos, que cada año, por agosto, cuando el sol dice su verdad, nos sentamos en torno a una mesa, comemos, libamos, aovamos charlas y discursos y adiós Xoán, adiós Manoel, hastra o ano que ven».
Falleció Bayón cuan se iba a convocar la vigésimo cuarta edición, y desde entonces, se celebra un acto cultural por la mañana en el Auditorio Municipal de Caldas de Reis. Así se hizo en la edición número XXX que tuvo lugar el 29 de agosto pasado.
Extracto de un artículo de Máximo Sar.
«Arousa, un mar de cultura». DIARIO DE AROUSA, 06/09/09
0 comentarios