Refrendo a la calidad de los pimientos de Herbón.
Luego de largos años, la Justicia acaba de pronunciarse (esta vez ya de forma definitiva) sobre la exigencia del Concello de Padrón de impedir que una empresa privada se beneficiase de la publicidad indirecta que para sus productos supone poder etiquetarlos con el nombre de Pimerpadrón. Y lo ha hecho seguro que conforme a derecho pero también de acuerdo con lo que el buen juicio y la protección del consumidor aconsejan, denegando el uso de un nombre que, como poco, daba lugar a la confusión, sino al engaño. No sabemos si detrás de la elección del nombre hubo o no afán de fraude, como tantas veces ocurre en otras iniciativas dispuestas a aprovecharse del prestigio ajeno ??y público?? en beneficio propio. Sea como fuere, el consumidor está en su derecho de no comer más pimientos de Padrón que los que se cultivan en ese municipio. Todo lo demás, es fraude. Y al tiempo que no cabe sino la satisfacción por el fallo judicial, es bueno que se deje constancia aquí de lo acertado del Concello padronés de velar por sus derechos y por los de sus convecinos, protegiendo hasta donde le sea posible el buen nombre y lo genuino de un producto que cultivado en sus tierras no tiene parangón. Quedan, por desgracia, más batallas que dar, pero el de hoy es un muy positivo y ejemplarizante paso.
Columna «Rosas». TIERRAS DE SANTIAGO, 16/02/10
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