La visibilidad de siete pasos de peatones de Padrón es deficiente.
Los cuatro del tramo urbano de la N-550 carecen de toda advertencia
Un total de siete pasos de peatón están pintados en el tramo urbano de la carretera N-550 a su paso por Padrón, desde la Fundación Camilo José Cela al campo de fútbol, en poco más de un kilómetro de trayecto. Tres de ellos están convenientemente regulados por semáforos aunque, en ningún caso, está instalada la señal vertical que advierte a los conductores de la existencia del paso, como así sucede en el nuevo aparato colocado en la salida de la carretera vieja de Iria.
Los otro cuatro pasos de peatón no tienen ningún tipo de señalización. Ninguna, nada más que las rayas en la carretera, pese al peligro que ello entraña y pese a que, en algún caso, es cruzado a diario por un buen número de peatones. Así sucede con el último pintado en Iria para dar servicio a los peatones que cruzan en dirección a los núcleos de Horta, Pedreda y demás, desde la pista que discurre paralela a la antigua escuela unitaria.
«Ese paso é un peligro», coinciden en asegurar varios vecinos que residen en esa zona. Uno de ellos habla incluso de que, todas las semanas, se producen frenazos de turismos y otros grandes vehículos que no advierten la presencia del paso de peatones. Hasta hace unos días había instalada una señal que indicaba la presencia de peatones en la zona, pero no la existencia del paso, sin contar que estaba algo separada de la carretera y para muchos pasaba desapercibida.
En algún caso, los frenazos de los coches dieron más de un susto a un peatón que se dirigía hacia Iria. En este punto cruzan, a diario, numerosas personas, muchas amas de casa que van a Padrón a hacer la compra y vuelven con su carrito en dirección a los núcleos de Iria. Y si de día el paso queda inadvertido para algunos conductores, quizás en muchos casos por el exceso de velocidad en un tramo urbano limitado a 50 kilómetros por hora, la peligrosidad se agrava de noche al no haber ningún tipo de señal de advertencia del paso y mucho menos luminosas.
«Calquera día vai haber unha desgraza nese punto», dice un vecino que se pregunta si el Concello no puede hacer nada.
LA VOZ DE GALICIA, 17/02/11
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