Los apóstoles de la FP alemana.
Doce jóvenes que rozan la veintena son los primeros alumnos de la zona que probarán un modelo formativo en el que participan las empresas.
Cristina tiene una mirada directa y un camino bien trazado. O eso parece. Esta joven de Valga, estudiante del Ciclo Superior de Estructuras Metálicas en la modalidad dual, es la única mujer en un «mundo de homes». Todos sus compañeros son chicos. Y ahí se acaban las diferencias. Por que, por lo demás, todos rozan la veintena, unos por arriba y otros por abajo. Y todos, como Cristina, han visto en la nueva oferta formativa lanzada por el instituto valgués una puerta de entrada al mercado laboral. «Eu fixen Automoción, pero non atopei traballo. Cando me enterei desta posibilidade pareceume moi boa idea». Y aquí está Cristina, en el amplio taller del instituto, con su funda de trabajo, su visera protectora, sus guantes, y su gesto de decisión.
No es la primera vez que es la única chica de la clase. Ya cuando estudiaba en Santiago se vio rodeada de varones. «E non tiven ningún problema», aclara rápido, para desdramatizar. Igual que demostró que destripar motores es cosa de mujeres, ahora se adentra en el mundo de las construcciones metálicas dispuesta a dar el do de pecho, «a demostrar que sirvo para isto» y a hacerse un hueco en la empresa por la que ha sido seleccinada para recibir la mitad de su formación, convertida en una estudiante-trabajadora. «Eu quero aproveitar esta oportunidade», sentencia. Y lo mismo dicen sus compañeros de clase.
La mayoría son chavales formados. Unos son bachilleres, otros ya han hecho algún ciclo formativo. Todos traen conocimientos en la mochila «e moita seriedade na forma de actuar», según explica uno de sus profesores, Antón Castro. «O principal é que saben o que queren e que están mentalizados. Queren traballar, ven que teñen posibilidades de conseguir un emprego, e están moi centrados», asegura este docente, que agradece no tener que estar permanentemente reclamando atención. «Ao contrario. Como todos teñen coñecementos previos dunha cousa ou doutra, axúdanse moito, explícanse as cousas que non entenden…».
Antón Castro dará clase a este grupo de pioneros de la llamada FP alemana hasta principios del año que viene. Después, los estudiantes cambiarán las aulas y el taller del instituto por las empresas en las que compaginarán formación, trabajo y un sueldo. Una bolsa de empleo de 350 euros que, explican los alumnos, «é outra das cousas que fai interesante» la oferta formativa que este año ha convocado en Valga a estudiantes llegados de varios puntos de Galicia.
De lejos
Algunos vienen de lejos, como Iván, un chaval de 20 años que vive en Salceda de Caselas. Otros de más cerca, como otro Iván, de 18 años y natural de Cuntis. Para él, el ciclo tiene un valor añadido. «Nesta zona hai moitas empresas que se dedican a isto. Eu vou formarme nunha delas durante dous anos, e penso que iso me vai beneficiar: vou estar mellor preparado que calquera outro para quedar nesa empresa, e vou saber adaptarme mellor a calquera outra», reflexiona.
Ángel, que es de Ribadumia, también está satisfecho con su entrada en la modalidad dual del Ciclo Superior de Construccións Metálicas. ?l, con sus 26 años de edad, es de los más veteranos de la clase. Y la verdad es que tiene una experiencia de la que sus compañeros carecen: la de darse de bruces una y otra vez con el mercado laboral. Y no es que no esté formado: tiene el título de Bachiller y dos ciclos profesionales. Estaba haciendo un curso en el INEM y trabajando en la vendimia cuando supo que en Valga había una puerta a la que llamar. «Por moitos estudios que teñas, se non tes prácticas non te van coller en ningún sitio», dice con la voz de la experiencia. Los períodos de prácticas que contemplan los ciclos de FP no son suficientes: «Un mes é moi pouco tempo, non é nada. Dous anos, como imos facer nós agora, xa é outra cousa», señala.
El director del instituto de Valga, Roberto Barral, asiente con la cabeza a medida que los alumnos van exponiendo sus esperanzas, sus planes. A su juicio, el modelo de la FP Dual está lleno de ventajas y de posibilidades para los estudiantes. Por eso el centro decidió apostar por la llamada formación profesional alemana, aunque ello haya supuesto tener que fijar las clases en horario de tarde, incorporar dos nuevos profesores al centro, y pelear para conseguir ampliar el servicio de subalternos para acoplarlo a las nuevas necesidades horarias.
A final de curso se sabrá si el esfuerzo ha valido la pena.
nueva oferta educativa el ciclo superior de construccións metálicas dual
Pese a su juventud, los alumnos llegan con títulos previos en sus mochilas
Todos confían en hacerse un hueco en las fábricas a las que van a incorporar
Una fórmula que permite adecuar el aprendizaje a la realidad de cada sector productivo
Este año, la formación que los estudiantes recibirán en el instituto de Valga se prolongará hasta la primavera. Será en abril o mayo -las fechas no están aún cerradas- cuando se trasladen a las cinco empresas en las que se formarán de la mejor de las formas posibles: con la práctica.
No ha costado demasiado trabajo encontrar empresarios del sector del metal interesados en formar parte de este proyecto. En primer lugar, porque en Valga y su entorno abundan las empresas dedicadas a este sector. En segundo término, porque son firmas acostumbradas a debatir e incidir sobre cuestiones formativas. ¿Acaso es una casualidad que en el Instituto de Valga se impartan dos ciclos -el medio de Calderería, el superior de Construccións Metálicas- tan vinculados a la economía del metal? Pues no, no lo es. Es fruto de la coordinación de la comunidad educativa, las empresas y el Concello.
Ahora, con la implantación de la modalidad de FP Dual, empresarios como Juan Castaño (ODL) esperan ver superado uno de los problemas con los que, asegura, se encuentra muy a menudo. «Paréceme unha cousa interesante para tratar de formar xente que poida quedar despois na empresa. Ás veces chégannos rapaces que teñen moita teoría e moita carreira, pero que o primeiro ano non saben facer moitas cousas».
El Ciclo Superior de Construccións Metálicas Dual de Valga es el único de esta clase que se imparte en Galicia. En este territorio existen cinco proyectos experimientales similares al que se desarrolla en el Baixo Ulla, vinculados a sectores como la hostelería, dependencia, electromecánica y química industrial.
La Voz de Galicia
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