Salen de nuevo a subasta bienes de narcos que hasta ahora nadie quiso comprar.
En una puja que se celebrará el jueves en Madrid figuran viviendas y fincas de Oubiña, Pelopincho y otros condenados.
Las casas de los narcotraficantes no tienen quien las quiera. Es la conclusión que se saca de los escasos resultados que en los últimos años están obteniendo las subastas de bienes embargados por blanqueo de dinero relacionado con el narcotráfico que llevaron a cabo tanto la Agencia Tributaria como el Plan Nacional sobre Drogas. Basta echar la vista atrás y recordar las dificultades que Hacienda tuvo hace unos años para colocar en el mercado los bienes embargados al clan de los Charlines y para evitar, de paso, que esas propiedades recayesen de nuevo en manos de sus antiguos dueños a través de testaferros. El año pasado, ocurrió lo mismo con una macrosubasta realizada en Madrid en la que se ofrecían en puja propiedades embargadas a gallegos que habían sido condenados por blanqueo de dinero como el histórico Laureano Oubiña o el desaparecido José Antonio Pouso Rivas, más conocido como Pelopincho. La mayoría de las ofertas quedaron desiertas. Nadie se interesó por ellas.
Hay quien cree que nadie que no esté relacionado con ese mundo delictivo quiere hacerse con una propiedad marcada por las huellas del crimen organizado. Pero también hay quien enmarca esa circunstancia en el panorama general de la crisis económica, con las dificultades que supone para la mayor parte de la población optar a propiedades tasadas en cientos de miles de euros, por muy apetitosas que puedan parecer. Además, buena parte de esas propiedades arrastran consigo cargas hipotecarias o incluso irregularidades a las que los beneficiarios de la puja deberán hacer frente, con lo que el gasto siempre es mayor que el precio que figura de salida en la subasta. Eso sin entrar en los quebraderos de cabeza añadidos.
Treinta lotes
Por eso es que buena parte de los lotes que el jueves 12 de noviembre se van a subastar en el hotel Wellington de Madrid ya iban incluidos en otra puja que el Plan Nacional sobre Drogas organizó en diciembre del año pasado. Casas y solares de Pelopincho en Valga, Pontecesures y Padrón, así como locales en el Centro Comercial Arousa (Vilagarcía) o una finca de Laureano Oubiña en el lugar de Nanín, en Sanxenxo, a primera línea de playa pero afectada por la Ley de Costas, no encontraron quienes las quisieran entonces. Ahora lo intentan de nuevo con un precio de salida menor. La finca de Oubiña, por ejemplo, lo hizo entonces por 491.722 euros, y lo hace ahora por 462.000. La cifra sigue siendo muy alta para la mayoría de los bolsillos.
Al margen de esas propiedades, los lotes incluyen apartamentos en urbanizaciones de lujo en las Islas Canarias o pisos en el centro de Barcelona, pero también locales comerciales, áticos, garajes, naves o cuadras. Con todo, la mayoría están en la ría de Arousa, y los interesados en presentar ofertas tienen hasta el martes para hacerlo, con la posibilidad de visitar los inmuebles. Algunos, con un evidente deterioro tras años abandonados, como ocurre con la casa de Guillermo Abalo, condenado por blanqueo, en el lugar de A Caldihuela (Vilagarcía), que cuando fue embargada hace años lucía fastuosa y ahora amenaza ruina. Algo parecido pasa con la casa de Oubiña en A Laxe, también en Vilagarcía, que ya ni siquiera sale a subasta porque los problemas de titularidad que presenta, las irregularidades que arrastra y las deudas que pesan sobre ella hacen inviable la puja.
La Voz de Galicia
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