El histórico «Paraíso» de Padrón echa el cierre.
Rafael Baamonde, la persona que atiende el bar desde hace 18 años, se jubila y con él deja el negocio su mujer.
Padrón se queda sin O Paraíso, uno de los bares más antiguos, que cierra por jubilación de su actual titular, Rafael Baamonde Mato, de 65 años y más conocido como Gori. Con él deja también el negocio su mujer, Carmen Osorio Sánchez, de 59 años.
Gori se crio de niño detrás de la barra del bar de sus padres, O Purgatorio, que cerró su hermana a finales de 2011, y se jubila detrás del Paraíso tras 18 años a cargo de este local, junto con su mujer. Fueron casi dos décadas de «altos e baixos», pero «cando collemos o bar foron anos moi bos, sobre todo as Pascuas, con noites enteiras a traballar», cuenta el matrimonio. De todos estos años destacan algo por encima de todo: su clientela, «sempre a mesma, moi fiel e moi boa xente, como da casa», de Padrón y alrededores y hasta de más lejos, como ciudades como Pontevedra o Santiago, los domingos.
A todos ellos quieren darle las gracias «pola súa fidelidade» y avisar del cierre a aquellos que aún no lo saben. También quieren agradecer el trato de los compañeros del sector de hostelería, con los que «sempre tivemos boa relación». Entre la clientela destacan, además, los cazadores, que tenían en el bar O Paraíso un punto de encuentro. «As mañás aquí era imposible falar entre o fútbol e a caza; tiñámola armada todos os días», cuenta Carmen.
Para todos, el local, que cierra sus puertas el lunes, ofrece ese día una pequeña despedida, después de las ocho de la tarde.
Rafael y Carmen cierran con pena, por los clientes, pero no quieren esperar a que pasen las fiestas de Pascua, tal y como le piden estos y hasta los proveedores. Lo hacen después de «unha vida de moito traballo», en la que primero emigraron a Venezuela, donde pasaron 13 años y también tuvieron un restaurante. De vuelta en Galicia, abrieron una tienda de ropa, que hoy atiende su hija, y hasta vendieron ropa en el mercado, para acabar detrás de la barra de un bar. «En Venezuela sempre diciamos que non queriamos máis negocio de hostalería, porque é moi atado, pero cada un ten o seu destino e este foi o noso».
En 18 años nunca cerraron por vacaciones y siempre abrieron de lunes a domingo, con excepción de cuatro horas de la tarde del sábado. Entre las especialidades del bar está, sin duda, el bocadillo de calamares que, estos días, no llega a nada. Por ello, si quiere comer uno apresúrese porque el lunes Gori y su mujer cierran por primera vez y de forma definitiva, para disfrutar de una jubilación con las hijas, nietos y demás familia.
La Voz de Galicia
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