Una clarinetista de Valga en la orquesta nacional.
Lorena ha hecho valer su talento y sus largas horas de estudio y ha sido seleccionada entre 81 aspirantes.
Lorena es una chica silenciosa y aplicada. Pero no se equivoquen. Que hable poco y en voz baja no indica ni debilidad de carácter, ni falta de ambición. Todo lo contrario. Lorena habla poco y con tono suave, sí, pero lo hace porque reserva toda su energía para que por ella hable su clarinete. Empezó a tocar ese instrumento en la escuela de música de Valga, y pronto lo afinará para tocar en la Joven Orquesta Nacional de España. Y es que nuestra joven promesa ha sido seleccionada para formar parte de este selecto grupo.
La joven valguesa no llegó hasta aquí por casualidad. La suya es una historia de duras pruebas superadas. Porque, desde que decidió dedicarse a tiempo completo a la música, no ha parado de sortear obstáculos. Primero estudió en Santiago y luego se trasladó a Madrid para cursar el grado superior de clarinete en el centro Catarina Burska. Tuvo que demostrar todo su talento para lograr que se le abriesen las puertas de esta academia. «? un centro privado e para entrar hai que facer unhas probas de acceso». Ella tuvo ración doble, porque la matrícula es muy cara, «así que tiven que facer outras probas para conseguir becas coas que poder pagar os estudos». También lo consiguió. Háganse una idea de lo mucho que vale esta joven.
Como ven, Lorena está acostumbrada a pasar exámenes. «Para os músicos, pasar probas é o pan de cada día», dice. Por eso, cuando oyó que se había convocado la selección de intérpretes para la Joven Orquesta Nacional de España, se apuntó sin pensárselo dos veces. «Pensei, ¿por que non? Dalgunha forma, era unha maneira de autoevaluarme». Tuvo que pasar una suerte de cásting inicial «para ver se me podía presentar as probas» y, cuando fue admitida, inició una gincana de exámenes. «Eramos 81 clarinetistas aspirantes para 14 prazas», señala.
La competencia iba a ser dura. Los exámenes también. «Fixéronnos probas de concerto, de solos orquestrais, de lectura a primeira vista de partituras…». Pero el talento de la valguesa volvió a brillar, y consiguió colarse entre los elegidos. Aún no sabe cuándo empezará a ensayar con la orquesta. Sea cuando sea, estará preparada. Siempre lo está, porque nunca descuida sus estudios. «Nesto da música tes que estar sempre enriba, non podes deixalo para outro día. Tes que adicarlle todo o tempo necesario». Y es mucho tiempo el que esta joven le entrega al clarinete con el único fin de seguir avanzando, de seguir mejorando, de no estancarse.
Lorena está encantada con su selección para la Joven Orquesta Nacional de España. Entre otras cosas, porque estando dentro de esta tiene más fácil «que me seleccionen para a banda euroepa». Ya ven que los sueños de esta joven valguesa no se acaban nunca, que siempre encuentra nuevos horizontes sobre los que poner los ojos. Pero eso no quiere decir que se olvide nuestra clarinetista de dónde viene, de cuáles son sus orígenes. Hace unos días, Lorena estuvo en casa. Los días de descanso en Valga le sirvieron para reencontrarse con sus compañeros de la banda municipal, con los que toca siempre que tiene ocasión. A fin de cuentas, la banda es como una segunda familia, y el auditorio de Cordeiro como una segunda casa. En ella, siempre tendrá las puertas abiertas.
La Voz de Galicia
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