El tramo del Camino que pasa por Padrón es hermoso, pero está demasiado marcado por la N-550.
Once kilómetros entre A Ponte y A Picaraña, en el límite con Rois. Es lo que mide, aproximadamente, el tramo padronés de la ruta portuguesa del Camino de Santiago, que La Voz recorrió días atrás para comprobar como está el trazado que, cada año, recorren miles de peregrinos.
El mojón, la concha y la flecha amarilla son las referencias para seguir el camino que, en general, está bien señalizado y, en caso de dudas, hay que seguir la máxima de que, en un cruce, siempre de frente. Arrancamos en A Ponte, donde el camino deja atrás el río Ulla para ir en dirección al Sar, caminar a la par del mismo, que también da la bienvenida al casco urbano aunque, en este caso, con una primera mala imagen de basura esparcida por las orillas.
Del Sar al Espolón, para fijarse en la iglesia en la señalización del albergue público, y de aquí al Bordel y a cruzar, por primera vez, la carretera N-550, en Iria. Varias señales, a lo largo del camino, pedirán «precaución» en esas intersecciones. A partir de aquí, la vía N-550 es la gran compañera del Camino en Padrón y de ahí que haya planteadas alternativas en tres puntos peligrosos: Iria, A Escravitude y A Picaraña, este último de especial riesgo al caminar por el arcén de la vía nacional. Se trata de alternativas que fueron consensuados en septiembre de 2011 por el entonces presidente de la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago, José Antonio de la Riera, y la directora gerente del Xacobeo, Camino Triguero. Esas variantes fueron presentados también al Concello de Padrón y a Patrimonio.
No obstante, nada se sabe del tema, una vez que el trazado de la ruta portuguesa está pendiente de delimitación oficial, que también conllevará una nueva señalización conforme a la normativa vigente. Además de señalizar los tramos alternativos a los pasos peligrosos, también urge habilitar un paso de peatón en la carretera de enlace entre Rois y Padrón, a la altura de Pazos, donde los peregrinos cruzan la vía sin ningún tipo de protección.
Las señales amarillas marcan la dirección a Santiago pero en el tramo padronés ya se pueden encontrar también las flechas de color azul, las del camino inverso de Santiago a Padrón, en reivindicación del trazado histórico.
En un sentido u en otro, los peregrinos pueden disfrutar en el tramo de Padrón de la belleza natural del río Sar, de núcleos de población como los del interior de Pazos, O Vilar, O Areal… En este último punto, una vecina reclama una mejor señalización del trazado, pero en sentido Padrón, lo que evidencia que ya empieza a conocerse la ruta a la inversa. Son núcleos con vecinos acostumbrados al paso de los peregrinos que, cuánto más se alejan de la carretera N-550, más belleza y paz encuentran en el camino en Padrón.
La Voz de Galicia
0 comentarios