Feijóo en la celebración del PP del Día de Galicia en el Jardín Botánico de Padrón.
Feijóo y el alcalde de Padrón, ayer, en el acto del PPdeG por el Día de Galicia.
A un paso solo de las elecciones en las que intentará revalidar la presidencia por tercera legislatura, la celebración ayer en Padrón de Alberto Núñez Feijóo y la plana mayor de los populares con motivo del Día de Galicia fue una auténtica declaración de intenciones respecto a la campaña que se avecina y una defensa, habitual en el discurso del jefe del Ejecutivo autonómico, de la comunidad como un verso suelto ante lo que está ocurriendo en la política y en la economía en el resto del país. «Pondré todo de mi parte para que siga siendo una excepción», asegura Núñez Feijóo, por la «estabilidad política y económica» que busca distanciarse de la «incertidumbre» de la escena nacional, y para mantener así a Galicia «unida y libre de bandos o de quienes buscar repartirla en cuotas de poder». «Un país unido sin imposiciones internas ni externas», defiende el también líder del PPdeG, que rechaza que la región caiga «en el dilema de posicionarse en bandos que acabaron hace muchas décadas». «Un pueblo unido que no separará nadie -añade-, sin ningún bando más que el de los gallegos que quieren vivir tranquila y democráticamente».
Feijóo volvió a sacar brillo «al galleguismo integrador que se enorgullece sin complejos de todas las identidades» que conviven en la autonomía. Algo que traslada como imperativo a los suyos. Al resto del PPdeG. «Solo a los gallegos -asegura- debemos rendir cuentas». Es lo que, según el presidente de la Xunta, les diferencia del resto. Que su formación «es propiedad de Galicia» -«Existimos porque existe Galicia», dijo-, mientras el resto de partidos «se apropian» de ella. «Soy militante de Galicia porque, al igual que este partido, Galicia son mis raíces, Galicia es mi presente y quiero que sea mi futuro», sostiene, frente, de nuevo un mensaje a sus contrincantes, «a quienes se declaran nacionalistas, socialistas, separatistas, independentistas o comunistas». «Soy militante de Galicia -reitera- y, después, de lo demás».
La repetición como candidato a las riendas de San Caetano es para él «un inmenso honor inigualable» que aceptó «no para vencer a nadie», ni siquiera por ese honor que supone para él, sino «por la responsabilidad que conlleva estar al frente de un país en el que creo y al que debo todo lo que soy». «Si mi motivación fuera el odio hacia quien piensa diferente no me presentaría, ser presidente de Galicia tiene motivaciones superiores -continúa-. Nunca podré entender a quien hace la política asentada en el odio o a algún partido específico». Incluido él. «Galicia -apostilló- es demasiado grande para una motivación tan menor como la de intentar ganar a un tal Feijóo».
Su carrera electoral irá dirigida «a todos los gallegos». «Sin vetos y sin purgas», enlaza. A «un pueblo democrático que, cada vez que se le consulta habla claro y deja claro lo que quiere, que no necesita intérpretes ni profetas porque cree en sus propias competencias y capacidades».
El alcalde de Padrón insistió también en esa reivindicación de una Galicia que «no es exclusiva de nadie». «No se es menos gallego por ser de izquierdas o de derechas, por hablar una u otra lengua o por pintar una estrella roja en una bandera», arremetió Antonio Fernández Angueira, convencido de que Feijóo «volverá a ganar con mayoría absoluta porque el PPdeG es el partido que más se parece a Galicia».
Faro de Vigo
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