«A mí el belén de Valga no me gusta».

Publicado por Redacción en

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Francisco Martínez Oliveira, con su belén, que ocupa unos 20 metros cuadrados.

En casa de Francisco Martínez se pone árbol de Navidad. Pero lo que llama más la atención es el belén. Un Nacimiento monumental, con piezas en movimiento y de inspiración bíblica que es visitable. El Ayuntamiento, de hecho, le mandó hace unos días un autobús de excursionistas de A Coruña.
El belén de Valga posiblemente es en estos momentos el más conocido de Galicia -de hecho es el primero que se menciona en el díptico promocional que la Xunta de Galicia ha editado sobre atractivos turísticos navideños- pero lógicamente su atrevida apuesta de mezclar política, sociedad, deporte y actualidad con religión no tiene por qué gustarle a todo el mundo. Y a Francisco Martínez Oliveira, «Chuco» no le gusta.

«Yo no soy partidario de meter política en un belén. A mí el de Valga no me gusta. No digo desde luego que esté mal, ni mucho menos, pero yo no metería en un Nacimiento una escena sobre el robo del Códice Calixtino ni a la selección de fútbol», declara.

A Francisco Martínez los Belenes que le gustan son los clásicos, los de toda la vida, los que surgen de la tradición cristiana. Precisamente, el estilo de composición que él tiene en su casa de Ribadumia, en una nave anexa a la vivienda donde tuvo su empresa, Granitos Oliveira, desde su fundación, en 1978, hasta que la trasladó al polígono de Sete Pías, en 2002.

El belén de Oliveira pasa por ser uno de los más bonitos de la comarca, y está abierto al público. Tanto es así que el Ayuntamiento difundió ayer un comunicado animando a los colegios y grupos organizados a concertar una visita a este nacimiento, tanto a través de los teléfonos del Concello como del correo electrónico. Pero Martínez Oliveira afirma que para verlo ni siquiera es necesario avisar antes. «De lunes a viernes, entre las 9.00 y la una de la tarde, y entre las 15.30 y las 19.00 horas siempre hay alguien en casa para enseñarlo», asegura. Hace apenas unos días, añade, recibió de hecho un autobús de excursionistas procedentes de A Coruña, aunque estos venían por recomendación del Concello.

El belén monumental de Francisco Martínez es de algo más de 20 metros cuadrados, y cuenta con un gran número de piezas -él asegura que nunca las contó-, y buena parte de los artilugios y personajes son articulados y tienen movimiento mecánico. Empezó a hacerlo hace 15 años, cuando su nieto mayor le pidió que montase un nacimiento. Le concedió el deseo, pero sin saber que aquello sería el comienzo de una tradición. Una tradición que reeditó a partir de 2002, cuando le quedó libre la nave pegada a su casa, con lo que pudo ampliar mucho la composición.

Faro de Vigo


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