La finca en la que se encontraron huesos humanos llevaba años llena de maleza.
La maleza que cubría la zona que ardió la noche del pasado lunes en Pontecesures, dejando a la vista huesos humanos, había ocasionado ya más de un quebradero de cabeza a los vecinos de Porto y a la corporación municipal. El alcalde de la localidad, Juan Manuel Vidal Seage, señala que la preocupación se remonta a varios años atrás, debido a la cercanía de la finca, ahora quemada, a las casas. Por ese motivo, desde los gobiernos locales que se fueron sucediendo en el tiempo, se pusieron en contacto con sus propietarios para instarles a limpiar ese espacio.
El primer comunicado enviado fecha del año 2009. Pero, «las peores sospechas de los vecinos se hicieron realidad». El alcalde recuerda también que los hermanos que comparten la propiedad de la finca tienen un expediente abierto por parte del Concello. Si la extinción del incendio fue «aparatosa», lo que vino después complicó todavía más las cosas. Vidal Seage acudió a Porto junto al jefe de Protección Civil para ver como había quedado la zona. Además de mil metros cuadrados de terreno quemado, se encontraron con los restos que ahora se analizan en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Pontevedra. «Existen indicios que indican que puede tratarse de la mujer desaparecida que vivía cerca del lugar, pero todavía no hay identificación judicial plena», señalan desde la Guardia Civil.Entre los vecinos, las cábalas también apuntan en esta dirección. El hecho de que se encontrase un cráneo y ropa de mujer ayudan a alimentar esta creencia. También la cercanía de la casa en la que vivía Lilia Miguéns. La historia de su desaparición se revivió ayer en Pontecesures.
A Miguéns se le perdió la pista hace dos años, a finales de junio del 2015, cuando no regresó a su casa de A Devesa. Hubo rastreos a pie, con perros, por aire y con buzos y zodiacs, en el canal del Sar (Padrón) y en el río Ulla. Unas búsquedas en las que participaron muchos vecinos de la zona, a los que ahora sorprende la cercanía de los restos a la vivienda de la desaparecida. La maleza ya invadía la finca, pero el hecho de que haya viviendas tan próximas a ella no deja de sorprender.
Para determinar si estos indicios son ciertos, habrá que esperar a las pruebas realizadas por los médicos forenses sobre los huesos encontrados. Los indicios apuntan a que los restos podrían ser de la mujer desaparecida que vivía cerca.
La Voz de Galicia
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