La gran cantera de España palea entre parches al borde del ahogamiento.
El club no halla los 10.000 euros anuales más que necesita para poder dejar de trabajar en la cuerda floja.
El 31 de julio las aguas de Verducido reflejaban en la flota de piraguas del Náutico Pontecesures el nombre del nuevo campeón de la Copa de España Infantil Masculina y subcampeón de la Femenina. Un reflejo que se retorcía distorsionado en muchas de las embarcaciones del club del Baixo Ulla, desconchadas y cuarteadas por la memoria ajada de décadas de golpes y parches sobre parches. En el Campeonato de España Cadete e Infantil, el 31 de julio el N. Pontecesures encadenaba su tercera victoria en las tres últimas regatas puntuables de una Liga Nacional de Jóvenes Promesas que concluyó tercero de la general, tras haberse subido también a lo alto del podio por equipos del Campeonato de España y la Copa de España Infantil sobre 3.000 metros.
Sujetado con pinzas, con 185 palistas federados este año, aquel proyecto surgido a comienzos de siglo de los rescoldos de la sección náutica del Universitario de Santiago, con base en Cesures, parece hoy un producto de la Cerámica Celta, otra de las joyas surgidas de la localidad del Baixo Ulla. Una frágil obra de arte seriada permanentemente expuesta al desastre al tensionar sus materiales.
En los últimos 6 años el club que preside Ángel Barreiro comenzó a ver recompensado con resultados el trabajo de captación y formación de jóvenes piragüistas de Cesures, pero también de Valga, Padrón, Rois y Dodro, iniciado en el 2002. Apareciendo en cuatro de las ediciones de la Liga Nacional de Jóvenes Promesas (cadetes e infantiles) entre el sexto y el tercer puesto del 2016. Un curso deportivo este en el que aún pelea también por revalidar los títulos de las ligas gallegas infantil masculina y femenina que cosechaba en el 2015. La cantera que vio nacer la carrera internacional del canoísta André Oliveira tiene hoy en la bimedallista europea en K-2 1.000, bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud 2014 en K-1 Sprint y reciente subcampeona del Mundo Sub-23 de K-4 500 Camila Aldana Morison su buque insignia, cuyo rumbo guía la hoja de ruta de la flota cesureña. Y sin embargo, como ocurre en el caso del efecto de las medallas olímpicas en la lectura institucional del deporte español, el brillo de los éxitos amenaza con ocultar los problemas estructurales del N. Pontecesures.
El salto de 100 a 185 federados.
«Hai 5 anos tiñamos uns cen deportistas e 35.000 euros de orzamento. Neste contamos con 185 federados, e 45.000 euros», expone Ángel Barreiro. En el período de mayor crecimiento del club, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo, «térmonos situado no máis alto a nivel do piragüismo de base nacional non veu acompañado dun apoio económico acorde». El N. Pontecesures se encuentra al borde del ahogamiento. Solo la capacidad de gestión de recursos de sus responsables a nivel MacGyver ha podido mantener a flote el proyecto y sin frenar su progresión.
«Temos 150 barcos», informa el presidente. «Un 30 % procedente do Universitario de Santiago. De 25-30 anos, cando o aproveitamento idéneo dun barco de competición son dez; con canoas de 20 quilos, cando as de hoxe pesan 14, e kaiaks de 16 polos 12 quilos dos modernos». Material de competición reparcheado hasta el límite.Desde hace tres meses el N. Pontecesures mantiene en dique seco una de las dos lanchas que precisan sus técnicos para dirigir los entrenamientos. «Está totalmente inservible», apunta Barreiro. «Témoslle que meter todos os coxíns novos, e son uns 3.000 euros que inda estamos a buscar. A outra ten varios pinchazos e foi varias veces a reparar».La tercera pata material imprescindible en el piragüismo para trasladar el buen trabajo a resultados premium es el transporte. El N. Pontecesures cuenta con «dúas furgonetas de máis de 10 anos e preto de 300.000 quilómetros», que cada día xeran máis gastos». A una «partíulle a árbore de transmisión o ano pasado por desgaste. Unha nova custaba 1.500. Por internet atopamos unha de segunda man nun desguace de Sevilla, e amañamos con 500 euros».Hábiles apaños que muchas veces salen adelante merced a la complicidad de padres de palistas, como un soldador que le construyó al club un remolque casero para sustituir otro destrozado en un accidente de tráfico ahorrándole 3.000 de los 4.000 euros que costaría uno nuevo. Más implicación del Concello¿Y qué necesita el club para poder sacar adelante su proyecto bajado de la cuerda floja? «Dez mil euros, 15.000 sería a cantidade idónea para afrontar a nosa actividade e ir renovando o material», dice su presidente. Agradecido «co pequeno negocio local, o que máis está a sufrir a crise e o que nos está a apoiar incondicionalmente», Barreiro reclama que «o Concello se implique máis. Moitísima xente de fóra sabe onde está Cesures por nós. Somos o único club que levamos o nome do pobo polo mundo adiante».Unas instalaciones del 2008 escasas y ya deterioradas«Todo o material do ximnasio foi mercado polo club. Ningunha administración puxo un euro. O material trouxémolo dun ximnasio de Padrón que pechara, gardado nun baixo cheo de auga. Lixámolo, pintámolo, fixéronselles os bancos e mesmo uns pais soldadores algunha outra máquina». Ángel Barreiro relata otra muestra del macgyverismo del que lleva años haciendo gala el Náutico Pontecesures para sobrevivir. Porque hasta cuando supuestamente hubo dinero para el club, este se empleó mal. En el 2008 la nave original del club, a orillas del Ulla, era ampliada por la Xunta. Pero con «materiais de moi baixa calidade, filtracións dos baños -con só catro duchas- ás paredes, parqué levantado…». La falta de material y de una sede en condiciones ha obligado este año a tener que dejar fuera a 20 de los niños apuntados en la escuela de verano del club.
La Voz de Galicia
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