Un incendio forestal deja al descubierto los huesos de una mujer muerta en Pontecesures.
Los vecinos y los encargados de la investigación creen que pueden ser los restos de Lilia Miguéns, que vivía a 500 metros y desapareció en 2015, cuando tenía 79 años.
Un incendio forestal declarado a eso de las ocho de la tarde del lunes muy cerca de las viviendas de la zona de Porto, en el Concello de Pontecesures, dejó al descubierto los restos óseos de un ser humano, presumiblemente una mujer de avanzada edad.
La Guardia Civil recogió esos restos y se investiga ahora a quién pertenecen, aunque los vecinos del lugar y los encargados de la investigación sospechan que puede tratarse de Lilia Miguéns Iglesias, una mujer natural del municipio vecino de Valga que desapareció sin dejar rastro en verano de 2015, cuando tenía 79 años.
La desaparecida, que habría cumplido los 81 años el pasado mes de abril, residía a escasos quinientos metros del lugar en el que ayer fueron descubiertos los restos. En concreto se encontraron el cráneo, los huesos de piernas, costillas y manos, ropa y unas gafas, según el relato de los testigos.
Esos restos humanos, que estaban «totalmente limpios» -lo que confirma que llevaban mucho tiempo en la zona- fueron recogidos por la Policía Judicial de Cambados y el médico forense a las cuatro de la tarde, siendo trasladados al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Pontevedra.
Presuntamente intencionado
Los residentes en este lugar, donde hay un buen número de viviendas sociales y se ubica el campo de fútbol de la localidad, no dan crédito. Estuvieron en tensión durante las últimas horas de la jornada del lunes después de que se declarara el incendio, que además fue presuntamente intencionado, ya que según cuentan los propios vecinos alguien habría intentado quemar maleza «y se le fue de las manos».
Pero lo que no podían imaginar es lo que iba a pasar ayer, porque lógicamente no sabían que entre aquella maleza que ardía estaban los restos de una persona.
Los encontró ayer por la mañana el alcalde, Juan Manuel Vidal Seage, quien tras haber permanecido en el lugar durante el incendio, hasta que quedó controlado, decidió regresar a primera hora de ayer para ver «cómo había quedado todo».
Acompañado del jefe de Protección Civil, el alcalde empezó a caminar «y vi como en el suelo había lo que me parecía un fémur; al principio dudé de si sería humano, pero más adelante vi otro, y también una tibia, y a unos diez metros estaba la calavera, por lo que ya no me quedó duda alguna».
El regidor, que de este modo confirma que los huesos habían sido esparcidos por los animales, alertó inmediatamente a la Policía Local -y ésta a la Guardia Civil-, al tiempo que constataba que «eran los restos óseos de una mujer; aparentemente de avanzada edad, a juzgar por el estado de su dentadura y las ropas que permanecían esparcidas por el suelo».
Vidal Seage señala que «los vecinos se quedaron perplejos cuando se enteraron» y confirma que «muchos creen que se trata de aquella mujer que desapareció hace un par de años».
Faro de Vigo
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