Cientos de peregrinos desafían a la lluvia y avanzan por el Ullán camino de Santiago.
Los albergues de Valga, Pontecesures y Padrón experimentan un repunte de usuarios.
A pesar de las inclemencias meteorológicas el número de caminantes se dispara.
Un grupo de peregrinos avanza entre Valga y Pontecesures.
A medida que avance la primavera el número de peregrinos en el Camiño Portugués irá en aumento. Pero el momento álgido que indica la finalización del invierno y el comienzo de la temporada alta para los caminantes llega precisamente ahora, en Semana Santa, cuando se dispara la cifra de usuarios de ese itinerario religioso y cultural que atraviesa el territorio del Ullán y que el año pasado emplearon más de 60.000 personas.
Ayer, sin ir más lejos, a media mañana era fácil comprobar el avance de un centenar de peregrinos por el Ayuntamiento de Valga, y eso en un periodo de apenas una hora.
Los había portugueses y españoles, pero también rusos y franceses, entre otras nacionalidades. Avanzaban tanto a pie como a caballo, solos o acompañados.
Con sus perros
Algunos hacen el Camino junto a sus perros, como unos franceses que salieron de Lisboa con un can -un labrador negro- y unos toledanos que comenzaron viaje en Tui acompañados de su fiel escudero.
Un tipo de viaje, por cierto, que cobra un protagonismo especial ahora que por iniciativa de la Asociación Protectora de Animais do Camiño (Apaca) es posible obtener también una credencial para las mascotas.
En Protección Civil de Valga, que suele ayudar a los peregrinos mientras avanzan por la localidad, confirman que esta semana aumentó considerablemente el número de caminantes.
Al igual que se constata el incremento de usuarios en los albergues, tanto en el del municipio valgués como en los de Pontecesures y Padrón.
El primero de ellos, en el lugar de O Pino, goza de gran importancia para quienes avanzan hacia Santiago. Prueba de ello es que el año pasado fueron 4.578 los caminantes que hicieron noche allí, lo que supuso mil estancias más que en el ejercicio precedente.
El albergue de Valga está dotado de tres dormitorios con 78 plazas -en el de Pontecesures son 54- y dispone de servicios como los de cocina, comedor, ducha de agua caliente, almacén de bicicletas, botiquín, calefacción central, sala de reuniones, lavandería con lavadora, secadora, tendedero y jardín con terraza. Tiene un precio de 6 euros y funciona en horario de 13.00 a 22.00 horas.
Puede recordarse que abrió sus puertas hace siete años y desde entonces no dejó de incrementar el número de usuarios.
En la Oficina del Peregrino también han comprobado el sensible aumento de viajeros. No cabe duda de que en cuanto se conozcan los registros oficiales de este mes mejorarán notablemente los datos de febrero, cuando en este órgano acreditaron a 2.181 peregrinos; 849 mujeres y 1.332 hombres.
Fueron 2.081 los que alcanzaron Santiago a pie, 95 lo hicieron en bicicleta y cuatro peregrinaron a caballo.
Faro de Vigo
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