Un legado fotográfico del que puede sentirse muy orgulloso.
Nació en la parroquia valguesa de Campaña hace solo 56 años y se ha ido para siempre. Anxo Abalo García falleció el viernes y fue enterrado el sábado el cementerio de su iglesia, ese que tantas veces visitó y fotografió. Y es que Anxo hacía eso, inmortalizar lugares, momentos, vivencias e incluso sensaciones. Fueron décadas de trabajo con la cámara al cuello recorriendo todos y cada uno de los rincones de su querida Valga natal, pero también los de Catoira, Pontecesures y otros muchos de O Salnés y Caldas.
Pero sobre todo era conocido en el Bajo Ulla, donde estaba presente en cada acontecimiento significativo y en celebraciones con historia, como la fiesta de la caña y la anguila, la exaltación de la lamprea o el Belén Artesanal de Valga, al lado de su casa.
Trabajó para diferentes medios de comunicación, colaboró con FARO DE VIGO, ayudó a sus amigos siempre que pudo y, sobre todo, sacó fotos, muchas fotos.
En sus estudios o proyectos fotográficos acudió a bodas y bautizos, plasmó paisajes como pocos pueden lograrlo y, en definitiva, hizo lo que le más le gustaba y lo que mejor sabía hacer.
Siempre con una sonrisa, salvo en los momentos difíciles que le tocó vivir, Anxo Abalo se convirtió en uno de los personajes más relevantes del Ullán; ese territorio que ahora lo llora y en el que su legado debe perdurar para siempre a modo de gran exposición fotográfica.
Faro de Vigo
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