Novo y Sierra cesa la actividad en su fábrica y presenta un ERE para despedir a toda la plantilla.
Fábrica de la empresa Novo y Sierra, situada en el lugar de A Torre, en la parroquia valguesa de Campaña.
La crisis económica y el parón de la construcción se cobran una nueva víctima entre las empresas de la comarca del Ulla-Umia. La compañía Novo y Sierra pretende cesar su actividad productiva en la fábrica de Campaña (Valga) y para ello ha presentado en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Pontevedra y expediente de regulación de empleo (ERE) para rescindir el contrato a la totalidad de la plantilla, que llega a casi cuarenta trabajadores que ven como, casi con total probabilidad, se quedarán en la calle. Para denunciar la situación los empleados y representantes sindicales de Comisiones Obreras y la CIG se concentrarán esta mañana ante las instalaciones de la fábrica, en el lugar de A Torre.
La empresa Novo y Sierra, radicada en Campaña (Valga) inició un proceso para su liquidación y solicitó en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Pontevedra el cese total de su actividad productiva, una medida que ha acompañado por un expediente de regulación de empleo (ERE) a través del cual pretende rescindir el contrato a toda la plantilla, formada actualmente por unos treinta y seis trabajadores que se ven amenazados con el despido y con acabar en el paro. Los empleados, en un intento por denunciar la situación que se les viene encima, convocaron para hoy una concentración ante las puertas de la fábrica, en el lugar de A Torre. En este acto de protesta estarán acompañados por representantes de los sindicatos Comisiones Obreras y CIG.
La situación económica de la empresa de cerámica empeoró notablemente en el último año, debido a la crisis económica generalizada y, muy especialmente, al parón experimentado por el sector de la construcción, al que dirige sus productos. El mal estado de sus finanzas provocó que, en marzo de 2009, presentase en el Juzgado de lo Mercantil pontevedrés la documentación para solicitar un concurso de acreedores también conocido como suspensión de pagos, una medida que inicialmente fue entendida por los sindicatos y la plantilla como un intento por salir de la crisis, acomodarse a la situación del mercado de la construcción y reducir su plantilla para ajustarse a sus necesidades productivas ya que el número de pedidos había sufrido un notable bajón.
El juzgado admitió la suspensión de pagos y nombró a los administradores concursales para hacerse cargo de la gestión de la empresa, pero la sorpresa llegó cuando, apenas dos meses después, decidieron liquidar la compañía y anunció la rescisión de los contratos de todos sus empleados, que estuvieron durante varias semanas de vacaciones. Tras su regreso apenas tienen trabajo que acometer, debido a la paralización de la producción, y se dedican a realizar trabajos de mantenimiento o limpieza.
La deuda que acumula la compañía de fabricación de ladrillo y otros productos cerámicos podría llegar a los 2,5 millones de euros, aunque los sindicatos consideran que la situación podría reconducirse de manera que la empresa volviera a ser viable.
En la última semana se sucedieron las reuniones entre sindicatos, trabajadores y directivos de Novo y Sierra para tratar de buscar alternativas al cierre de la fábrica. En una de ellas participó también el alcalde, José María Bello Maneiro, aunque parece que finalmente estos encuentros no han dado frutos y la dirección de la empresa mantiene su intención de liquidar la compañía y poner así punto y final a sus 134 años de historia. Novo y Sierra se creó en 1875 como almacén de coloniales y posteriormente diversificó su actividad. Fue en las primeras décadas del siglo XX cuando adquirió una ??telleira? en la zona y comenzó a fabricar materiales cerámicos y de construcción.
DIARIO DE AROUSA, 16/05/09
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